Gustav Mahler, Thomas Mann y Luchino Visconti, tres personalidades que vamos a relacionar con una obra maestra, en literatura, en cine y en música.
“La muerte en Venecia” es el título de una de las novelas cortas que escribió Thomas Mann editada en 1912. El argumento es simple y muy conocido, un anciano compositor alemán, de nombre Gustav Von Aschenbach, está de turismo en Venecia y se siente atraído por un joven polaco de 14 años, cuya mera presencia despierta su homosexualidad oculta. Pierde el control hasta el punto de que la atracción se convierte en obsesión, se abandona tanto que contrae una enfermedad mortal y fallece sin llegar a mostrar al joven sus sentimientos. Es de destacar que para la composición del personaje de Aschenbach, se considera que Mann le dotó de algunos de sus propios atributos y también de rasgos propios de Gustav Mahler.
Aun siendo un argumento simple, el trasfondo de la historia es más complejo. Estamos ante una obra que toma referencias de distintas fuentes, Sin ánimo de profundizar, tampoco se trata de un ensayo, vemos claramente influencias de Platón, con sus teorías sobre el “mundo sensible” y el “mundo inteligible”. Es evidente que el protagonista, Aschenbach, experimenta un enamoramiento “platónico” del joven Tadzio, que a su vez representa el ideal, la “belleza” en estado puro, la estética perfecta tan importante para el autor y también, como veremos más adelante para Visconti.
Otro referente importante es Nietzsche y su “teoría de la culpa y la deuda”, un filósofo al que Mann admiraba profundamente. La revelación para Aschenbach, después del amor platónico que le inunda el alma y le llena de felicidad, será la presencia de la Vida, como concepto. Todos los elementos que la componen aparecen para volver al punto de partida después de la belleza y el amor: lo inalcanzable, la enfermedad, la suciedad, lo infecto, la muerte en definitiva. Eros y Thanatos, como lo definió Freud, otra referencia.
Orfeo y su bajada a los infiernos para encontrar el amor perdido más allá de la vida, también forma parte de esta historia simple pero compleja al mismo tiempo, esta historia polireferencial.
En el otro lado del espejo tenemos la película de Luchino Visconti, homosexual y esteta reconocido, tan esteta que dice la leyenda que los cajones de los muebles de sus películas tenían que estar ocupados por ropa y enseres aun cuando no tuvieran que abrirse para nada. Igualmente, la ropa que vestían los personajes de “Muerte en Venecia” estaba almidonada y planchada a la manera de la época que representaban. Nótese que en el tránsito entre la obra literaria y la obra cinematográfica la historia pierde el artículo “La” inicial.
La película se filmó en 1971 siendo el protagonista el actor británico Dirk Bogarde que hizo una interpretación notable. Visconti es fiel al espíritu de la novela y donde Mann se detenía en explicar la evolución de Aschenbach desde la depresión inicial, hasta la desesperación y muerte final pasando por el descubrimiento de la belleza y el amor, Visconti aprovecha la potencia de las imágenes que permite el cine. Es memorable la escena final, el triunfo de Thanatos con la muerte patética del anciano en una tumbona de la playa del Lido, completamente solo, mientras el objeto de su amor, la belleza ideal, Tadzio, se ve a lo lejos ajeno por completo al drama que desencadena su sola presencia.
Y Mahler? Pues además de la referencia comentada aportando parte de su ser en la creación de Von Aschenbach, Visconti tuvo el acierto de acercar parte de su obra a la película cuando escogió el maravilloso “Adagietto” de su 5ª Sinfonia como parte importante de la banda sonora de la película. Las imágenes y la música forman una unidad como pocas veces se ha podido apreciar en el cine del siglo XX.
Gran entrada y bien trabajada, enhorabuena.
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Gracias por tu visita y tus palabras, Marte.
Un beso.
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Buenísima maleta de Max. Gracias por ella. Aquí dedicábamos en fm|al unas palabras a esta coincidencia de genialidades, esa unidad en el arte, como bien dices: https://felixmolinapublica.wordpress.com/2014/11/09/el-arte-en-venecia/
Un abrazo.
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Gracias Félix por tus palabras. Diferentes artes coinciden en la historia y todas son válidas. Saludos.
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Me ha gustado el post de 2014 sobre la historia veneciana, coincidimos con Mahler y Visconti, obviamente, pero vas más allá incorporando a Goya. Yo me quedé con Turner, más suave, más pastel. Un abrazo.
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El tema que apuntas al final, el de las imagenes y la música (classica) que se funden da para un post. Incluso da para una tesis doctoral pero me conformaria con un post específico y más extenso… 😉
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